domingo, 17 de diciembre de 2017

El aguador

El de aguador fue un oficio de gran importancia en la Ciudad de México hasta el Siglo XIX. Además de su función fundamental, que era entregar agua en las casas, enterraba a los muertos, cargaba los santos en Semana Santa y castraba a los gatos; a veces se volvía personaje de confianza, por lo que era requerido para prestar otros servicios, como entregar cartas secretas.
Todo esto le confirió un papel relevante en la sociedad virreinal. Su atuendo le hacía distinguirse del resto de los servidores públicos: lo principal era el chochocol, que era una enorme tinaja redonda de barro, que cargaba sobre la espalda, sosteniéndola con una faja de cuero apoyada en la frente y un gran jarro al pecho para llenarla; esto hacia que también se le conociera como "tortugo".
Aquí la interesante nota completa, de Ángeles González Gamio.

Pintura: "El aguador o tortugo", Edouard Pingret, Siglo XIX, óleo sobre tela. Temporalmente exhibido en el Museo de la Ciudad de México.
El 14 de diciembre (2017), durante una visita a la exposición "La Ciudad de México a través del arte. Travesía de ocho siglos" en el Museo de la Ciudad de México, me enteré de que habían existido los tortugos, y evidentemente lo que hizo que los recordara fue su apodo (admito que me reí unos segundos contemplando de cerca la pintura). Buscando información acerca de ellos, encontré datos interesantes como los arriba descritos, y viajé a un México pasado, en el que el agua saliendo de las llaves no era lo común.

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